HOMENAJE AL TEATRO IDISH / El dogma
“El Dogma es mi homenaje al desaparecido teatro idish, en el cual me crié. La obra está basada en el El Dios De la Venganza (der got fun Nekome, 1906) escrita por el candidato al Nobel, Sholem Asch. La mandé a traducir, debido a que nunca se presentó en español, y la recreé. El conflicto se ubica en Buenos aires, durante la primera presidencia de Irigoyen, durante La Semana Trágica en el año 1919”, explica Daniel Tevelez, autor y director de esta obra que aborda problemáticas que atravesaban a la sociedad argentina en pleno apogeo inmigratorio.
La obra toca varias temáticas interesantes, entre ellas el Dogma (que le da título), lo irreflexivo, por qué cumplir con el mismo es humanamente imposible. Lo dogmático, ya sea religioso o político, responde a una serie de intereses, son instructivos construidos, a veces hasta el fanatismo. Si bien los personajes están dentro del mundo judío religioso, también se pueden encontrar en diferentes espacios sociales y políticos, entre otros. Es posible rastrear la hipocresía de lo dogmático y la doble moral en en diversos ámbitos.
Yanke o Jacobo vive con su familia en un piso de Balvanera, centro de Buenos Aires, durante los años de la Semana Trágica. Llegado de Polonia 20 años antes, administra desde entonces un prostíbulo en el subsuelo de su casa. Su mujer, una ex prostituta “subió” del subsuelo al casarse con él, y la hija de ambos, Rivkele, a quien Yankel o Jacobo Chapchovich se ha esforzado en tenerla al margen, y está preocupado con que su hija pueda terminar como lo fue en su momento su madre. Su padre celebra la eficacia de cómo ha salvado a su hija del “barro”, “santificando” su casa del pecado con la adquisición de la sagrada Torá que ofrece en agradecimiento a Dios y como redención. La incursión de Rivkele en el “mundo de abajo” desatará las tormentas cuando quede perdidamente enamorada de Manke, joven pupila de Chapchovich.
Tevelez reflexiona: “Yankel, el protagonista, tiene miedo a no ser aceptado, a ser considerado hereje. Busca la redención, con la ilusión del Paraíso, de ser eximido de sus propios pecados. Sin embargo, se autoengaña, no hay certezas, sino consuelo. Es más fácil la ilusión, que hacerse cargo de sus propios males y pasiones. Lo bello de la historia es que los personajes son humanos, son contradictorios. Dentro del Dogma, se pone en duda su fe, dando cuenta que lo puro e impuro se mezclan”.
*El dogma, de Daniel Tevelez. Estreno jueves 17 de octubre a las 20h. El Tinglado, Mario Bravo 948, Buenos Aires